Iglesias "¿Evangélicas?" Sectarias
SIMILITUDES ENTRE LAS SECTAS DESTRUCTIVAS Y LAS IGLESIAS SECTARIAS
(Ocho puntos de coincidencia, desde una perspectiva cristiana evangélica tradicional)
"Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" -Jesucristo-
"¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! dice Yahvé. Por tanto, así ha dicho Yahvé Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo : Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Yahvé" (Jeremías 23:1-2)
¿Cómo diferenciar una Iglesia Cristiana de una iglesia sectaria? ¿Cómo diferenciar a una "oveja" que sigue al "Buen pastor" de un "borrego" que sigue al "lobo" sin saberlo?
Difícil tarea, ya que las diferencias entre una vida de santidad y compromiso con el Evangelio del Señor Jesús y el fanatismo, fariseísmo, legalismo o embobamiento religioso pueden ser muy tenues.
Por esto, tratar con personas que han caído en las redes de una iglesia sectaria no es cosa fácil: Tu interés en conducirles a la verdadera fe de Jesús de Nazaret y a una vida cristiana ordenada será confundido con un “ataque del diablo”. Las enseñanzas de la Palabra de Dios sobre la santidad, el dominio propio y la verdadera consagración a Dios serán tomadas por “anticuadas ideas religiosas”.
Los argumentos con los que como cristiano te vas a encontrar no son ideas mundanas, sino versículos de la Biblia mal entendidos o manipulados por ideas de hombres. Lo que la Palabra y los primeros cristianos tomaron por herejía serán en su lugar presentados de modo sutil como la “ultima gran unción o mover del Espíritu Santo”... Una vida en la Libertad con la que Cristo nos hizo libres, será tomada como libertinaje por aquellos de los cuales escribió el apóstol Pablo:
"Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro" (Tito 1:15)
Parece difícil, pero no lo es. Jesús de Nazaret dijo “por sus FRUTOS los conoceréis”, fíjate que dijo FRUTO, y no “por sus OBRAS...” Si miramos el fruto a medio-largo plazo en las personas que, buscando muchas veces con toda sinceridad un mayor compromiso de vida con el Señor, ingresan en una secta pseudo-cristiana, verás que no glorifica en nada Al que dio su vida por nosotros: Falta de carácter, doblez, cobardía, hipocresía, maniqueísmo, fariseísmo, holgazanería, fanatismo, borreguismo, deseos de agradar al líder de su congregación más que a Jesús, deseos de ser reconocidos, abandono de las obligaciones con su familia, deshonra a los padres, analfabetismo Escritural, herejías, etc. Y más a largo plazo el fruto es terrible: Nervios destrozados y visitas a sicólogos o siquiatras, divorcios, enfermedades, locura, abandono de la fe, vuelta a la anterior forma de vida... e incluso renegar del Señor.
Pero ¿Qué es una secta? ¿Cómo es una secta destructiva y en que se parece o qué tiene en común a ella una iglesia sectaria? Te propongo que leas estos resumidos puntos que a continuación te detallo para que tú mismo reflexiones:
1. PROSELITISMO
"...porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros..." (Mateo 23:15)
En una secta destructiva, para captar a un nuevo prosélito se le mostrará la secta como un nuevo hogar, un refugio, una vía de escape, se le prestará una atención exquisita, se le oirá, comprenderá y atenderá, se le dará coba si es necesario, y se le mostrará un falso amor que después de que haya sido captado se tornará en indiferencia, manipulación, y esclavitud en todos los sentidos. El objetivo de captar prosélitos no es otro que tener máquinas de hacer dinero para la propia secta.
En una iglesia sectaria se removerá cielo y tierra para atraer un nuevo miembro. En un principio se le mostrará una gran semblanza de piedad, de fraternidad, amor, altruismo, se le ocultará el verdadero estado de dicha congregación. El dirigente de la misma pasará ahora tiempo escuchándole, atendiéndole y haciéndole sentirse aceptado y amado.
Más tarde vendrá la indiferencia: El nuevo miembro se convertirá en un número más para agrandar la congregación y con ello el ego de su dirigente. Se le predicará un "evangelio" acomodado con las circunstancias o sencillamente otro "evangelio" diferente al de la Biblia. No se le enseñará la palabra de Dios, ni se tratará de hacer de él un discípulo de Jesús, sino que por el contrario, se le adoctrinará con fábulas y enseñanzas que llenan el intelecto con supuestas “grandes revelaciones” para hacer de él un borrego y un analfabeto bíblico, o bien se le convertirá en un "monstruito" legalista e inflexible incapaz de mostrar la vida de Jesús a los no cristianos. Se removerá cielo y tierra para hacer un nuevo prosélito, y cuando lo hayan adoctrinado lo harán peor que ellos mismos.
2. VICTIMISMO
"...Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía..." (2ª Tim 1:7)
Una secta destructiva se caracteriza por el victimismo: El resto del mundo les persigue, no les comprende, especialmente se hace notar que el líder del grupo es alguien incomprendido. De este modo se consolidan los lazos entre sus miembros y se refuerza la sensación de pertenencia a un grupo y simpatía por el “pobre” gurú. Es dentro de la secta que se está protegido del mal que reina en el mundo. Salir de la secta es entregarse a ese mal y es lo mismo que un suicidio.
Una iglesia sectaria se caracteriza por hacerse a sí misma víctima de una pretendida religiosidad o fariseísmo del resto de las iglesias de su zona de influencia. El dirigente de esta iglesia es una víctima de la incomprensión de los demás, blanco de sus críticas. De este modo las relaciones con otras iglesias, a las que se considerará de manera eufemística enemigas, se ven reducidas a la mínima expresión y es más difícil que un miembro abandone la iglesia o que busque alternativas verdaderamente cristianas. Los líderes de este tipo de iglesias usarán la manipulación emocional de la pena o la lástima, haciéndose a si mismo víctimas, para esconder su propia cobardía a la hora de afrontar como verdaderos hombres sus responsabilidades. No te equivoques: ellos NO SON LAS VÍCTIMAS, ellos son LOS VERDUGOS.
3. MANIQUEÍSMO
"...a unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola..." (Lucas 18:9)
Una secta destructiva es maniquea por naturaleza: esto es, ellos son los buenos absolutos y los únicos poseedores de la verdad, mientras que el resto del mundo es malo y está engañado y en el error. Salir de la secta supone en este sentido la negación de la verdad y el bien. No hay matices: Se conducen por categóricas afirmaciones absolutas del tipo: “aquí dentro está el BIEN, afuera está el MAL”. No hay salvación afuera de la secta. Solo puede ser uno salvo perteneciendo a la secta. En una secta destructiva otro de los elementos claves, aunque parezca contradictorio con el hecho de que se está destruyendo la personalidad de las personas, es que se potencia el "ego" de sus miembros, haciéndoles parte de una élite de iniciados a la que creen firmemente pertenecer.
Una iglesia sectaria se caracteriza por creerse la más avivada espiritualmente hablando, la más libre, la mejor. Por alardear de tener la “última revelación del Espíritu Santo”, o la “Unción del Espíritu Santo” más novedosa. Por estar siempre a la última en cuanto a nuevos “movimientos espirituales” y cosas semejantes. Otro recurso en el caso de ciertos grupos más rigurosos es tachar a las demás iglesias de frías o apóstatas, de demasiado liberales. Solo ellos son los "puros" y "cataros" respecto a la Sana Doctrina. Son las demás iglesias, especialmente las más cercanas a su entorno de influencia, las “muertas espiritualmente”, “religiosas”, farisaicas”, etc. Es por ello que difícilmente un miembro que quiera salir de la misma se atreverá a buscar consejo en otra iglesia, incluso aunque esta sea verdaderamente cristiana. En el fondo se hace lo mismo que en la secta destructiva, pero de manera velada: se termina por hacer creer al miembro de este tipo de congregaciones que fuera de las mismas no se puede ser salvo o vivir en plenitud la fe cristiana, aunque no se diga abiertamente.
De este modo los responsables de estas congregaciones se crean su pequeña "burbujita de cristal" donde vivir a lo grande sin que nadie los moleste o confronte. Mientras que ellos normalmente no "pegan palo al agua" y no salen de su "mundo eclesiástico", los fieles son los que trabajan, sufren y padecen.
4. LIDERAZGO INDISCUTIDO
"...Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis..." (Mateo 7:15-16)
En una secta destructiva, éste es uno de los más fuertes indicios para reconocerla: La presencia de uno o varios Gurús a los que los adeptos a la secta consideran como “mesías” o “escogidos” y en algunas ocasiones encarnaciones de “dios”. Personas con un carisma especial y gran capacidad de persuasión y manipulación. Su palabra, enseñanzas y decisiones son indiscutibles, se consideran revelaciones y parámetros absolutos de conducta para los sectarios. El gurú además posee algún tipo de “don” como la capacidad de sanar, leer el pensamiento, comunicarse con los espíritus o los extraterrestres, etc.
Se convierte en un sustituto de los padres, amigos, marido o mujer.
En los peores casos se producen abusos físicos, síquicos o sexuales por parte de estos líderes hacia miembros de la secta. Además el componente económico repercute en beneficio del gurú y no de los miembros del grupo. Enfrentarse al gurú puede significar la expulsión de la secta, cuando no las amenazas, violencia síquica o física o la misma muerte.
En una iglesia sectaria, el “No toquéis a mis ungidos” se usará por el líder de la misma como “patente de corso” que le confiere el don de la infabilidad. Es un pequeño “papa”. Cristo se le revela de manera personal y excepcional (incluso a veces, en ciertos grupos, afirmará que se le habrá aparecido de manera física y personal). Se investirá alegremente a si mismo de títulos como "apóstol", "profeta" o cosas similares. Sus decisiones, enseñanzas y puntos de vista se ponen veladamente al mismo nivel de la Palabra de Dios. Mientras que él es inflexible con quienes cometen errores, a él se le debe excusar todo (a fin de cuentas, te dirán, es humano). Se le considera dotado de una “unción” o don especial por encima del resto de los fieles, se le admira sobremanera y se le toma como punto de referencia.
En el caso de grupos más "ortodoxos" o "legalistas", se excusará la unión con otras iglesias de su misma denominación alegando que el ecumenismo no puede traer nada bueno, cuando las uniones de iglesias sirven (o deberían servir) para ayudarse y no para controlarse. De este modo el líder del grupo, ante sus arbitrariedades e irresponsabilidades, no tendrá que dar cuenta a nadie de las mismas. Si quieres un consejo, mi querido amigo: Huye como de la lepra de las iglesias donde no haya nadie a quien el pastor o líder religiosos tengan que dar cuenta.
Estos líderes despóticos y farsantes se convierten en un sustituto de los padres, amigos, marido o mujer.
La manipulación es semejante a la de una secta destructiva: Económica, emocional, doctrinal. Se inmiscuye en las relaciones matrimoniales, fraternales, etc. de los miembros para su propio provecho y para controlar.
Se podrá predicar algo parecido a la "Sana Doctrina", pero después, en la vida eclesial o en la vida corriente, el líder tratará de que todos piensen como él y tengan su mismo punto de vista (por otro lado, el único válido y bíblico).
Se usa el púlpito y las enseñanzas de la Biblia para manipular a la congregación y se impide tener criterio propio o una fe personal (nada más alejado de los valores de los héroes de la reforma contra el papismo de siglos pasados). Es normal en estos pastores, líderes o sacerdotes farsantes y manipuladores hacer esto porque en realidad su cobardía hace que no se atrevan a confrontar a las personas cara a cara.
Cuestionar a uno de estos pequeños "pontífices" o pensar diferente a ellos, aún en pequeñas cuestiones doctrinales, significa la expulsión de la congregación y la ruptura del contacto con el resto de los fieles.
5. “LAVADO” DE CEREBRO
"... no os hagáis esclavos de los hombres..." (1ª Cor 7:23)
En una secta destructiva toda iniciativa propia, todo atisbo de personalidad, espíritu critico, lógica, razón, moral, la capacidad de reflexión, criterio y sentido común son borrados de la mente del adepto por medio de un adoctrinamiento permanente. Adquirirá un lenguaje especial, una tono de hablar especial, gestos, formas de vestir raras, etc. Se producirá una “regresión a la infancia”: Es más cómodo no pensar y dejarse dirigir, no luchar. Las personas sumisas son las más fácilmente manipulables. Los amigos, familiares y relaciones sociales son sustituidos por el gurú y los demás adeptos. El adepto se termina convirtiendo en un esclavo, en un pelele en las manos de su gurú.
En una iglesia sectaria, la situación es similar: Manipulando la Biblia se puede obtener cualquier doctrina. El miembro de la congregación sectaria, por miedo a desagradar a los hombres, aceptará doctrinas impuestas, pensamientos e ideas humanas vestidos de piedad por muy locos que estos puedan parecerle, actitudes lunáticas que asustarían a cualquier persona normal. Comenzará a hablar con un vocabulario y un tono de voz común al resto de su congregación. Se producirá también en otra medida una “regresión a la infancia”: Es más cómodo no pensar y dejarse dirigir, no luchar por una fe y relación con el Señor propias y aceptar la fe del líder de su iglesia. Los amigos, familiares y relaciones sociales se satanizan y éstos son sustituidos por el líder y los demás miembros. El prosélito se termina convirtiendo en un esclavo de las opiniones de los demás miembros de su congregación, en un pelele en las manos de su Líder religioso.
6. MANIPULACIÓN ECONÓMICA
"...su dios es el vientre..." (Filipenses 3:19)
En una secta destructiva esta es una de las principales motivaciones del gurú: La obtención de beneficio económico (cuando no el poder, sexo o cosas semejantes). La recaudación de fondos disfrazada de proyectos altruistas y beneficiosos es una de las principales obligaciones de los adeptos: Pueden vender propiedades, dar sus sueldos, dejar el trabajo y cosas semejantes para agradar al líder, llegando a descuidar la manutención de sus propias familias. Lo sutil de los métodos que se usan para esto hace imposible un resumen de los mismos.
En una iglesia sectaria no basta con las normales y necesarias aportaciones económicas fijadas por las enseñanzas de la Biblia. Un gran porcentaje de sermones tratan de la “bendición del dar” y de la “maldición del no dar”, se da más importancia a esto que a predicar sobre la santidad y cosas semejantes. A estos "espabilados" les es más fácil pedir que trabajar. Viven en su pequeño mundo, que se han ido construyendo poco a poco a base de los demás, y no van a dejar que cualquiera venga a estropearles su pequeña parcela de "cielo en la tierra". Generalmente el líder de nuestra pseudosecta cristiana es el más bendecido por las aportaciones de los fieles, no importa que algunos miembros estén pasando penuria.
En general su casa, su sueldo, su coche, están por encima de la media de la iglesia, sin que los haya ganado con el sudor de su frente. Es muy raro encontrar a uno de estos líderes que haya tenido alguna vez un trabajo estable y regular. Les gusta muy poco trabajar, y al final en algunos casos ("evangelio de la prosperidad" por ejemplo), la mayor parte de los miembros a su vez no tiene trabajo, están viviendo como parásitos de las ayudas sociales o mirando al cielo esperando que otros les bendigan económicamente.
Anécdota “graciosa” (o "mejor tomárselo con humor"): Conocí, hace muchos años, en Madrid, España, a un pastor de una iglesia independiente del movimiento de la "súper-fe" y "prosperidad" - el ahora pomposamente autodenominado "Apóstol Henry Svensson" de la "Iglesia Cristiana Hosanna", que a día de hoy ya ha recorrido varias "modas espirituales" más- que dijo ofrendar su automóvil usado a su congregación. Pasó tres o cuatro días dando pena a los demás con un pequeño coche prestado y hecho polvo, y después apareció con una flamante berlina alemana que muy pocos en su iglesia se podrían permitir. Su comentario público fue decir que él había sembrado su coche en el reino de Dios, y que ahora Éste le devolvía un último modelo como regalo. ¡Vaya cara más dura! Y nadie dijo nada, por supuesto: No hay peor ciego que el que no quiere ver. No estoy contra el que un pastor pueda tener un buen coche, pero sí estoy en contra de que tenga una cara tan grande como para pensar que la gente es tan tonta. Ya decían los romanos aquello de "excusatio non petita, acusatio manifesta sunt" ("Excusas no pedidas, son acusaciones manifiestas")... ¡En fin! mejor reír... para no llorar.
7. SALUD
"...no tentarás al Señor tu Dios..." (Mateo 4:7)
En una secta destructiva, la salud y las sanidades milagrosas suelen ser uno de los temas estrella. La sustitución de los métodos de la medicina tradicional por la meditación, medicinas alternativas, dietas especiales, curanderismo, imposición de manos del gurú y cosas semejantes han llevado a muchas personas a un deterioro grave de su salud e incluso a la muerte. En todo caso es propio de este tipo de sectas el poner en relieve los errores de la medicina tradicional con el fin de potenciar la esperanza en sus propios métodos y obtener beneficio de la desesperación de los demás.
En una iglesia sectaria se sustituyen los genuinos milagros por el “milagreo”, se lleva a abandonar, en nombre de una mal entendida fe, la medicación impuesta por los profesionales de la sanidad. Se fomentan los testimonios entusiastas (pero nunca documentados médicamente) de aparentes y tan curiosas sanidades como un dolor de cabeza, un dolor de muelas, el estiramiento de una pierna y cosas semejantes, que llevan a las personas con enfermedades graves (SIDA, Cáncer, etc.) a caer en el error de dejar de tomar precauciones, medicinas, etc. Personalmente he conocido personas que han puesto seriamente en peligro su salud en nombre de una fe que en ocasiones no es sino tentar a Dios. Alguien dijo que en el infierno debería haber un sitio especial para los que trafican con las desgracias y la desesperación de la gente.
8. ABANDONO DEL GRUPO
"...puestos los ojos en Jesús..." (Hebreos 12:2)
En el caso de sectas destructivas, el tratar de abandonar el grupo puede estar castigado con la muerte. Generalmente el que trata de dejar el grupo es sometido a una fortísima presión. Salido del grupo se prohíbe al resto de los adeptos tener ningún tipo de contacto con el “descarriado”, se habla de él como un traidor, un endemoniado, un elemento peligroso y dañino. A todo esto se une que no tiene otros amigos o referencias que los que la secta le ha estado proporcionando durante años, por lo que se pueden causar sentimientos de culpabilidad, temor, vacío, etc. y graves trastornos de personalidad.
En una iglesia sectaria se tachará de apóstata, oveja negra, elemento dañino y cosas semejantes al que la abandone. Sutilmente o no, se procurará que el resto de los fieles no tomen contacto con él. Se darán casos en los que incluso miembros de una mismas familia, profesantes de la fe cristiana, rompan toda relación los unos con los otros. Quien abandona la iglesia sectaria aunque sea para integrarse en una congregación cristiana, se pierde: se ha vuelto un religioso, “nunca fue verdaderamente de los nuestros”.
Se le asesina dos veces, por un lado con la expulsión, y por otro lado con las crueles y despiadadas palabras que le siguen detrás, sin que se le dé derecho a defenderse.
La condenación y temor que se impone sobre quien trata de dejar la pseudosecta pueden causarle graves trastornos emocionales.
Nota Final: Dios quiera que con estas palabras pueda ayudarte a no caer en las garras de un grupo sectario o despótico, y que si estás en él, al menos puedas tener tus ideas más claras y que si un día pasas a ser víctima, no digas que nadie te advirtió.
Ahora te dejo con una cita que quizá te haga reflexionar algo más:
"Debe tenerse mayor cuidado y precaución frente a los necios que frente a los malvados" (D. Bonhoeffer, Pastor Protestante asesinado por los Nazis por ser uno de los pocos que alzaron su voz para denunciar el antisemitismo y el holocausto)
J. P. V.
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